miércoles, 6 de junio de 2012

No es una cuestión de orgullo.

Tras la reunión del G7 por videoconferencia de ayer se pueden sacar conclusiones sustanciosas con España como protagonista. En primer lugar las declaraciones desacertadas de una presidenta alemana que ansía serlo también de la UE, en las que afirmaba que los españoles somos demasiado orgullosos para aceptar un rescate. Declaración que se ha trasladado a las rotativas y esta mañana Le Figaro afirmaba que si España no pedía un rescate se debe a que es humillante. Parece que la culpa de todo está en España y en parte es cierto, no se debía haber esperado tanto para hacer reformas, pero ¿cuales son las consecuencias y cual es la parte de responsabilidad en todo lo que ha pasado, está pasando y puede pasar por parte de todos los actores participantes?

Vamos a ir por partes. En primer lugar Estados Unidos, Obama es el más interesado en que la situación se arregle. Se enfrenta este año a unas presidenciales con unos datos económicos negativos. Es consciente de que si se hunde España, la consecuencia directa es que Italia va detrás y Francia no tardará mucho más arrastrando a toda la economía europea y americana.

Italia es conocedora de su inminente rescate si España cae, centrándose toda la presión que vive España en ella en el caso de que sea rescatado nuestro país.

Francia quiere utilizar a España para sacar adelante propuestas como el fondo de rescate para recapitalizar su banca, los eurobonos y un plan de estímulo económico (supuestamente basado en las renovables)

Y Alemania, ¡ay Alemania!, sigue mirándose el ombligo, con esos aires de superioridad, ese país que se ha ido cargando alianzas a lo largo de los siglos desde que ya lo hiciera con la liga hanseática en la edad media, sigue pensando que es una cuestión de orgullo. Me gustaría que se fijara en todos los rescates que se han hechos en Europa para su beneficio y dijera cuál ha salido bien. Ni Portugal ni Irlanda ni Grecia han salido bien paradas y el caso español no sería la excepción pero sí tendría una consecuencia que no ha tenido aún ninguno de los otros rescates: la caída de Italia, de Francia, del Euro y la más que posible derrota de Obama en Estados Unidos.

Es por ello por lo que no es una cuestión de orgullo sino de responsabilidad política. España tiene que ser inteligente y presionar a Europa vía Estados Unidos (Inglaterra podría tener un papel crucial en esto) ya que de aquí a Noviembre, Obama es el que más interés tiene en que la situación se resuelva. Y en Europa amenazar con el abandono del Euro si las autoridades no acceden a relajar las presiones y a que la situación se resuelva.

Hoy veremos por donde van los tiros, pero ya no quedan muchas balas en el cargador, es más, Soros da tres meses al Euro como la situación no se arregle.

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